Límites.

 La mayoría de personas no conocen los límites. ¿Por qué? porque no todas están dispuestas a traspasarlos. Si eres más bien una persona extrovertida y sin vergüenza, estos no supondrán mayor problema, pero para el resto de personas que no lo son, sí.

Hablo por experiencia personal cuando digo que poner límites es una de las cosas más difíciles que he hecho en la vida, y aún lo sigue siendo porque no queda ahí. Una vez tomas la decisión de poner cierto límite debes permanecer inmóvil y firme durante todo el tiempo que dure el duelo. Decidirás poner límites, pero debes mantenerlos durante el tiempo, hecho que a veces duele o cuesta más que la propia decisión de tomar cartas en el asunto.

Durante mucho tiempo fui una persona muy introvertida, quizás demasiado. Me daba vergüenza hablar con cualquiera que no formase parte de mi círculo más cercano. Confiaba demasiado en ese círculo, en esos amigos, que eran como mi familia y a los que había permitido conocerme aún más. Y normalmente los niños, como niños que son, no llevan malas intenciones a menos que las aprendan de los adultos. Ese no fue el caso. Más tarde, en la adolescencia, fui aprendiendo que no podía ser así toda la vida y aclaro: ser reservado o introvertido no está mal, sólo que a veces puede limitarte en exceso para cosas de la vida. Desde hablar con un profesor hasta hacer la compra, pasando por coger el teléfono. Todo aquello me generaba una ansiedad inmensa si no se traba de alguien conocido, o si no iba con alguien de mi confianza.

Y quiero ser sincera, aún soy así y aún me limita mucho: saco las llaves mucho antes de mi casa porque no quiero tener que pararme en la puerta y que alguien llegue, o calculo la cuenta antes de pagar para que no sea una sorpresa, o no entro a la tienda hasta que no tengo claro lo que quiero porque no quiero hacer esperar a la dependienta o generar una cola innecesaria. Pero estos son otro tipo de límites: los que nos autoimponemos a nosotros mismos, a veces sin querer. Estos son difíciles pero son muy fáciles de cambiar, simplemente atrévete a hacer esa tontería que te genera ansiedad y al cabo de algunas veces ya dejará de preocuparte tanto y lo verás como algo aislado.

Sin embargo, esto es de lo que quería hablar: los límites que nos vemos obligados a imponer nosotros mismos frente a otras personas. Estoy segura de que alguna vez habéis tenido un malentendido o discusión con algún amigo, y si no, no sabéis lo afortunados que sois. Hay muchas personas, sean amigos o no, que van a buscar su beneficio propio a través de los demás. Existen más personas así de las que pensamos, movidas por la envidia y el rencor, por querer quedar siempre por encima de ti, por querer tenerte a su disposición y de la de nadie más, por querer que seas como ellos quieren que seas. Y a veces lo serás, porque mentalmente no siempre somos fuertes y, en mi caso, no he querido verme sola así que he aguantado con tal de no verme así. Cuando te ves un poco mejor, o bien, cuando te hacen algo verdaderamente malo, saltan las alarmas, y te sorprendes dándote cuenta de que alguien de tu circulo más cercano, en quien confiabas plenamente, te ha hecho una putada (o varias) y ahí te entra el pánico ¿Qué va a pasar con vosotros? ¿cortaréis la relación? ¿te afectará a otras amistades? ¿Qué vas a hacer ahora?

Vengo a darte un consejo que me hubiera gustado a mí saberlo hace mucho tiempo: pon límites. Ya. No esperes. No va a cambiar, seguramente ni siquiera lo intente. Ser asertivo con esa persona, si ella no lo es antes, no te sirve de nada. Si no quiere hablar, o te hace creer que lo que ha pasado no es tan grave, huye. Sólo tú sabes cómo te sientes y cómo te afecta. No permanezcas en un lugar donde no te quieren. No te pierdas así.

Los límites sólo van a ayudarte, y te va a costar tomar la decisión, porque sí, personas cercanas a tí pueden hacerte mucho daño. Y sobre todo te va a costar mantenerte firme en tu decisión y no dejarte llevar por los pensamientos acerca de si disculparte con la otra persona.

Pero son cosas que pasan, y hay muchas personas así. Esta es la vida.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Soledad.

Vuelta al pasado.